viernes, 21 de septiembre de 2007

EZRA POUND. CANTICO DEL SOL (beuvedrais editores, 2004-2007). Traducción: Armando Roa Vial


Sestina: Altaforte

Loquitur: En Bertrans de Born.
... .. .. . .. . Dante Alighieri condenó a este hombre al infierno por ser un pendenciero.
... .. .. . .. . ¡Eccovi!
... .. .. . .. . ¡Juzgadlo!
... .. .. . .. . ¿Acaso lo he resucitado?

La escena tiene lugar en su castillo de Altaforte. "Papiols" es su juglar. "El Leopardo" es la divisa de Ricardo (Corazón de León).

i

¡Maldita sea! Todo nuestro Sur hiede a paz.
¡Tú, Papiols, perro hijo de puta, acércate! ¡Venga la música!
Sólo hay vida para mí si las espadas chocan.
Pero ¡ah!, cuando veo los estandartes de oro, vero y púrpura combatiendo,
y los vastos campos bajo ellos tornarse carmesí,
entonces aúllo con mi corazón loco de júbilo.

ii

En el cálido verano voy ardiendo de júbilo
cuando las tormentas devastan la tierra y su estúpida paz,
y cuando los relámpagos, en el cielo oscuro, fulguran carmesí,
mientras los truenos con furia me rugen su música
y los vientos gimen a través de las nubes, combatiendo,
y a través de todas las hendiduras del cielo resuenan las espadas cuando chocan.

iii

¡Quiera el infierno que escuchemos otra vez las espadas cuando chocan!
¡Y los estridentes relinchos de los corceles en la batalla, su júbilo,
pecho contra pecho, combatiendo!
¡Es mejor una hora de lucha que todo un año de paz
con opulentos festines, alcahuetas, vino y suave música!
¡Bah! No hay mejor vino que la sangre carmesí.

iv

Amo el ascenso del sol, bañado en sangre carmesí;
contemplar cada uno de sus rayos, cual lanzas que desgarran la oscuridad y chocan.
¡Oh! Mi corazón se llena de júbilo
y mi boca se colma de veloz música
cuando lo veo desafiar y despreciar la paz
y salir al ruedo de las sombras, con su sola fuerza, combatiendo.

v

El hombre que teme luchar y se agazapa, no combatiendo
al oír mi llamado a la guerra, desconoce la sangre carmesí;
sólo sabe pudrirse en su lánguida paz,
lejos de donde triunfa el valor y las espadas chocan;
¡oh! La muerte de esas perras es mi júbilo,
sí, yo que lleno todo el aire con mi música.

vi

¡Papiols, Papiols! ¡A la música!
No hay sonido comparable al de las espadas combatiendo;
Ni aullido semejante al fragor de la batalla, mi gran júbilo,
cuando nuestros codos y espadas chorrean carmesí
y cuando nuestras huestes, enfrentando la embestida de "El Leopardo", chocan.
¡Que Dios maldiga para siempre a todo aquel que grite "paz"!

vii

¡Y que la música de las espadas los vuelva carmesí!
¡Quiera el infierno que escuchemos otra vez el clamor de las espadas cuando chocan!
¡Que el infierno oscurezca para siempre la idea de la "paz"!


EL Manto *

Conserva tu pétalo de rosa
hasta que el tiempo de las rosas toque su fin.
¿Piensas acaso que la Muerte habrá de besarte
o que en la Casa de las Sombras
habrás de encontrar un amante
como yo? ¿Te extrañarán las nuevas rosas?
Prefiere mi manto al manto de polvo
que yace sobre el paso de los años.
Desconfía del tiempo, no de mis ojos.

* Asclepíades, Julianos Ægyptus.


Mandato

Vayan, mis canciones, a los solitarios e insatisfechos.
Vayan también a los angustiados, a los complacientes,
que muestren mi desprecio por sus opresores.
Vayan como grandes olas de agua fría,
que muestren mi desprecio por sus opresores.
Que hablen en contra de la opresión inconsciente,
que hablen en contra de la tiranía de los que no poseen imaginación.
Que hablen en contra de las ataduras.
Vayan a la burguesa que se pudre de hastío,
vayan a la mujer de los suburbios.
Vayan a los infelizmente casados,
vayan a todos aquellos que encubren su fracaso,
vayan a las parejas malogradas,
vayan a la esposa que se vende,
vayan a la mujer impuesta.
Vayan a quienes padecen de lujuria,
vayan a todos aquellos insatisfechos en sus delicados deseos,
vayan como una plaga sobre la somnolencia del mundo;
que empuñen el filo contra todo esto,
que fortalezcan las sutiles cuerdas,
que lleven confianza hasta las algas y tentáculos del alma.
Que vayan amistosamente,
con palabras sinceras.
Que anhelen encontrar nuevos males y un nuevo bien,
que estén en contra de todas las formas de opresión.
Vayan a aquellos cuya madurez los ha apagado,
a los que han perdido el interés.
Que vayan al adolescente ahogado por la familia-
¡Ah, qué terrible es
ver reunidas a tres generaciones bajo un mismo techo!
Es como un árbol viejo con brotes
y ramas que pútridas caen.
Que salgan y desafíen convenciones,
rebelándose contra la vegetal esclavitud de la sangre.
Que vayan en contra de todas las formas de amortización.


Cantar LI
(Fragmento)

Brilla
Dios en la mente del cielo,
su creador,
más que el sol
sobre nuestros ojos.
Quinto elemento: el lodo, dijo Napoleón.
Con usura no hay hombre que habite en casa
de buena piedra, ni que tenga un paraíso pintado en el muro
de su iglesia.
Con usura el escultor es sustraído de la piedra
y el tejedor es apartado del telar, por la usura.
La lana no llega al mercado,
el campesino no puede comer su propio grano
y la aguja de la joven se le afloja de los dedos.
Los telares se silencian uno tras otro,
de diez mil en diez mil.
Duccio no se entregó a la usura
ni por ella fue pintada "La Calumnia".
Tampoco Ambrogio Praedis o Angélico
aprendieron su oficio de la usura.
Ni los claustros de St. Trophime
o la proporción de St. Hilaire.
La usura enmohece al hombre y su cincel,
destruye al artesano corrompiendo su arte.
El azur se infesta de cáncer. El esmeralda
no encuentra un Memling que pueda pintarlo.
La usura asesina al niño en el útero
y rompe el noviazgo del joven.
La usura envejece a la juventud, yace
entre la mujer casada y su marido.
La usura es contraria al crecimiento natural.
Rameras para Eleusis.
Bajo el mandato de la usura no hay piedra de corte liso y adecuado.


Cantar LXXXI
(Fragmento)

[ . . . ]
Sólo lo que amas de verdad permanece; el resto es escoria.
Sólo lo que amas de verdad no te será despojado;
en ello radica tu verdadera herencia.
¿De quién es este mundo: mío, de ellos,
o acaso de nadie?…
[ . . . ]
La hormiga es un centauro en su mundo de dragón.
Depón tu vanidad, no fue el hombre
quien hizo el valor, el orden o la gracia.
Depón tu vanidad, te digo que la depongas.
Aprende del mundo el sitio que te corresponde
en invención a escala o verdadero arte.
Depón tu vanidad,
.. .. .. .. .. .. .. .. . Paquín, ¡depónla!…
"Sé dueño de ti mismo; entonces otros te seguirán".
Depón tu vanidad.
Eres un perro azotado bajo el granizo,
una urraca henchida bajo un sol caprichoso,
medio negra medio blanca,
no distingues el ala de la cola.
Depón tu vanidad.
Cuán indignos tus odios
nutridos en la falsedad.
Depón tu vanidad,
veloz en destruir, pequeño en caridad.
Depón tu vanidad,
te digo, depónla.
[ . . . ]

Notas para el Cantar CXVII
(Fragmento)

M' amour, m'amour,
¿Qué es aquello que amo
y dónde estás?
Que he perdido mi centro
luchando contra el mundo.
Los sueños chocan
y caen destrozados.
Y yo, que sólo quise construir un paraíso
terrestre.

~ ~ ~

He querido escribir el Paraíso.
No te muevas.
Deja que el viento cante,
he ahí el paraíso.
Deja que los dioses perdonen
lo que he hecho
y que todos aquellos a quienes he amado traten de perdonar
lo que he hecho.
[ . . . ]

Tomado de http://www.letras.s5.com

2 comentarios:

El Toro de Barro editorial dijo...

Has hecho una selección fascinante y marcada por la diversidad. Si me lo permites, la tomaré íntegra para colgarla en Poesía de El Toro de Barro.
Un saludo, y mi agradecimiento por un trabajo -el tuyo- tan admirable. Estas entre mis "complicidades", y espero que los colegas empiecen a visitarte con asiduidad.

De nuevo, un fuerte abrazo
carlosmorales59@yahoo.es
Ediciones El Toro de Barro

paul guillen dijo...

Saludos Ediciones El Toro de Barro pueden reproducir los poemas de Pound indicando los datos de traductor se trata del poeta chileno Armando Roa Vial. Un abrazo y seguimos en contacto.

Cinco poemas de Esther M. Allison

Retrato de Esther Margarita Allison Bermúdez, profesora de la Facultad de Educación de la PUCP. Fuente:  Esther M. Allison [fotografía]   ...