viernes, 22 de febrero de 2008

1 POEMA DE DANIEL ROJAS PACHAS


VI

Somática Shit.

Ver un rostro es enfrentar un tiempo, un subjetivo calendario e historia privada. Llena de hitos, miserias, guerras pandemónicas, hambrunas mentales y victorias diminutas. Algunas veces autenticas, la mayor cantidad de momentos, falsas victorias y sólo guerreras, hambreadas miserias, tras máscaras que ocultan ese rostro sin voluntad. Sólo esclavitud que desfigura la tarea de ser y al mismo tiempo, esa historia personal e hitos, son digeridos, dirigidos bajo un fantaseado destino. Aquella ilusión de libertad o el poder supremo de la simple, conformista paz. Una pasividad que se conforma con el devenir y dominio circunstancial...
Ver estos rostros, tales tiempos y miserias ¿qué me dice?, ¿cómo rompe mi malatesta?, ¿Cuál es su historia o desistoriadora forma de desalentar?
En un edificio abandonado, en la trastienda de un local que vende sombreros de la década de los cuarenta, en una etnia castigada y tras los amurallados rincones, lujosas recámaras de un palacio gubernamental, reposa el percutor de un arma y en el palco de honor bajo la trinchera, bombas rozan tu trasero, embarrando las apolilladas páginas de un libro censurado que duerme en el estante siete a la izquierda, entre la biblia y Zaratustra.
La biblioteca es una colección pasiva, esperando la quema de algún pequeño dictador en motocicleta... lo último esta basado en un desagradable hecho verídico. Entonces ¿cuál es esa historia secreta, codificada, misteriosa, anónima?
La gesta de un árbol perdido en un gran bosque de negras almas desalmadas, espíritus desesperados y esperanzas que no se concretan…

En tales desarrapadas esperas
¿Cuántos segundos encierran las pesadillas y cuántas veces muero en ellos? ¿Cuántas gotas pueden absorber mis poros, antes de volverme una y escurrido fluir por las cañerías?
¿Cuántas canicas puedo meter en un saco de papas y cuánto tiempo aguantarían el azote del suelo?
¿Por qué tan absorto pienso en ello?
y
¿Por qué estúpidas preguntas como estas, recubiertas en innata y sutil violencia, son consideradas estúpidas en primer lugar?
Tienen menos valor que la cacería del oro negro, el suicidio del dólar y una noche de sinuoso baile y meneos eléctricos, marinados en éxtasis.
Mediocre irresoluta confusión, importados brebajes...
Tienen menos trascendencia que el asesinato de algún corrupto congresista, en un convulsionado país y el derrumbe de millones de ladrillos, apilando ciego conformismo y la neurosis plástica de una guerra por fe

Grito para llenar el estertor
de esas venales circunvalaciones.
En una cónica desembocadura,
callejuelas mentales.
Residen allí todos, desde la administración
hasta el control del que no puede silenciar
y menos creer en algo.
Embarrados en la gris,
vomitiva demencia,
de esa plana repetida, monótona
descartable, mundana alegría...
Sus aulas son un sudario de apatía,
un maldito rapear de vidas.
Ilusas.
Apasionadas por el absurdo
y las hormonas…
Lazadas en picada, son el mural
del cual otros toman esclavos
y marionetas…
Feroz abismo de imbéciles,
Sonora.
Descasquetada,
descompases apedrean su baile…
Es su escueta forma de no tener
voz y parasitar una identidad,
gastada, cómoda, insufrible…
la locura de estos monos...
Que ironía!!!!!
En algún momento lo creí posible…
Sus lágrimas
me provocan una diarrea
y carcajada,
que no termina
nunca acaba,
más que en otro llanto.
El que no tiene salida.

Adios
A-Dios
y una guadaña pende de este estomago yerto.
En sus brazos rechonchos y diminutas manos,
duerme la guagua rota, sin labios y con ojos cocidos.
Desde su centro albino,
se extiende la cosmogonía de espectros,
transparentes hombres y mujeres,
el jardín cerrado, el advenimiento del terror y la raíz muda.
Su madre gime colosal,
el filo de la hoja, que pendular crece,
ciñe entre las entrañas el rojo erial
y la cariñosa abandona su mueca sonriente.
Una nueva lágrima… Echa a volar y rompe el capullo,
la gravedad y el mundo de fuera.
Nuestro útero patriarcal…
Sigue muriendo…

…Aquí al revés, la silla sigue,
la presión aun bulle
y la carrera no se apaga.
Los botones del tablero, están ardiendo
y la alarma te dice: Cuando vas a morir.
Intertanto, tanto la sierra acre y la
prótesis mental,
no dejan de seguirte,
les gusta el añejo,
sabor a hueso.
Tu espalda y el ánimo de sentarse vuelve…
Sientes la rueda y el camino recorrido.
Gritas tu odio a los que amas,
¿Qué justicia hay en tu discurso?
¿Cuál es la consecuencia,
tras esa absurda metafísica?
Aburre
y la carga de vivir,
Sigue rodando,
sentada allí
y tú, también…

…Cursando abismos en pequeños barcos de papel,
surcas cascadas de negro vacío
y hermosas aves con rostros de niño enjuto,
lanzan besos lujuriosos al horizonte.
La prisa del óleo se confunde entre tus delgados dedos.
Un gris leprosario,
tiñe el venal cielo,
suelo, mar, marginal marejada de postergadas voces.
La tierra muerta, el velo de árboles huecos,
naturales tumbas
y extensas miradas que se expanden siniestras
y desde esa izquierda atrevida,
volvemos a recorrer el curso abismal.
Errabundas escaleras,
descienden del terreno pardo
y las estrellas se consumen en la bocanada,
ese último digerir,
antes de tocar el suelo.
Orgásmico se confunde,
la arcilla
en un toque delicioso,
eje de setos y espinos
se atragantan por el ventoso grito.
Y las voces se diluyen en la rueda.Esa inmensa mordaza técnica,viene pisando las lenguas de cada ser-pientesa-piente¿Qué mierda es piente?Y por que ella nos dio a morder, del árbol de la ciencia,Tener vergüenza y dejar la incon-ciencia
¿ciencia?
¿Fue un regalo o maldición?

Somnolientas las palabras, viejas
Palabrejas,
se tornan guardianes del infortunio y desesperanza.
Carcome las vísceras de cada estructura.
Una cárcel léxica y lógicos barrotes.
Uno a uno,
destazan una y todas las fibras mentales.
Tales fibras.
De ese cuerpo blando,
quedan sólo extenuadas partes,
ruinas
y trizas,
de CARNE, piedra y SUEÑOS.
Mundos perdidos, oníricas regurgitaciones.
Imágenes
y vasallos ruegos.

En esos cantares y gestas,
las ondas mueven los pies, los míos,
los tuyos, los de cualquiera
y la tierra avanza
con satisfacción.
El mundo gira en nuestras cabezas;
rotando por completo,
ceñidos, ceñudos ante
la circunferencia y gravedad de este huevo espacial.
Plagados de monos absurdos,
la desgracia se vuelve un batallar
en los linderos del absoluto y vaguedad.
Desgasta la paciencia
de dioses opacos y vengativos,
cuyo hermoso recurso,
es la inundación.
Esas ondas que se elevan
y ponen nuestro mundo al revés,
otra vez,
dan comienzo a todo principio de nuevo.
Vaya tomadura de pelo…
.
Daniel Rojas Pachas, Nació en Lima-Perú, el año 1983. De madre peruana y padre chileno goza de doble nacionalidad y actualmente reside en la ciudad de Arica en Chile. Incursionó ya consciente en su pasión por la poesía y narrativa, a partir de los quince años inspirado primordialmente, por el trabajo de Kafka y Lewis Carroll. Desde entonces la escritura se ha vuelto una necesidad vital, estudio tres años derecho, carrera que abandonó por razones existenciales que lo empujaron a su verdadera vocación, profesor de Literatura. Área en la que se desempeña al interior de la universidad. En el 2006 publicó su primer poemario titulado Música Histórica, la cual cierra una etapa al condensar todo su quehacer lírico hasta ese momento. En el 2007 publica Delusión poemario que sienta las bases de una nueva línea poética, intimista, desconcertante y amparada bajo la visión del Somatismo o “necesidad de ser en movimiento”. Esta preparando la salida de un nuevo conjunto de poemas llamado Helor para el 2008. Actualmente está desarrollando también proyectos en diversos ámbitos literarios y filosóficos y una antología de cuentos también para este 2008. Además de la labor en aulas, su interés se centra en difundir el amor a las letras por medio de publicaciones en la red, colaboración en revistas locales, diarios ciudadanos, ezines, fanzines y la creación de talleres de conversación y creación literarios en la Universidad de Tarapacá. Blog: http://danielrojaspachas.blogspot.com/

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