lunes, 12 de septiembre de 2016

POEMAS DEL PAÍS DE NUNCA JAMÁS y PARA UN PUEBLO FANTASMA de Jorge Teillier (Ediciones Sin Fin)

Con prólogo de Niall Binns

Ediciones Sin Fin, Barcelona, 2016


Con motivo del XX aniversario de su fallecimiento, lanzamos la edición de este libro, que en realidad son dos libros en uno, POEMAS DEL PAÍS DE NUNCA JAMÁS y PARA UN PUEBLO FANTASMA.
«Tal vez nunca debiera haber dejado / el país de techos de zinc y cercos de madera», escribió Jorge Teillier en la «Pequeña confesión» de su libro Para un pueblo fantasma (1978). En el conflicto entre ese «país» del sur de Chile y la ciudad en la que se veía condenado a vivir, el poeta había fundado la parte mayor de su obra, creando en el proceso al protagonista que la recorría, encandilado por los recuerdos y a la vez íntimamente corroído por una realidad urbana sórdida, degradada, repetitiva. […] Para oídos amaestrados al metrónomo del endecasílabo y el heptasílabo, el verso libre de Teillier puede resultar informe, de una música indescifrable. Es una respiración, sin embargo, entrañable y memorable como pocas. Por eso no hay, me parece, mejor manera de cerrar estos párrafos que con la despedida que el propio poeta formulaba: «palabras, palabras –un poco de aire / movido por los labios– palabras / para ocultar quizás lo único verdadero: / que respiramos y dejamos de respirar». (Niall Binns)


Biografía

JORGE TEILLIER SANDOVAL nació en Lautaro, frontera y epicentro del talento poético. Fue un 24 de junio de 1935, año y día de muerte de Carlos Gardel, fecha en que los mapuches celebran la llegada del año nuevo. Su infancia transcurrió en el sur de Chile, en la Araucanía, y con dieciocho años se marchó a la capital para estudiar Historia en el Instituto Pedagógico. Su producción literaria comenzó en 1956 con Para ángeles y gorriones. La naturaleza brotó de su pluma con la misma persistencia con que los bosques se resisten a ser talados. Luego siguieron El cielo cae con las hojas en 1958, El árbol de la memoria en 1961, Poemas del País de Nunca Jamás en 1963, Muertes y maravillas en 1971, Para un pueblo fantasma en 1978. Vinieron nuevas hojas, escritas con la vocación de quien comparte un diálogo, la nostalgia, la búsqueda de un modo de vida perdido.

Una vez terminada la universidad, ejerció la docencia en el Liceo de Lautaro. Fundó en 1963, junto a Jorge Vélez, la revista de poesía Orfeo, que sobrevivió hasta 1965. Es reconocida su labor como traductor, en la que destaca su traducción «La confesión de un granuja» de Serguéi Esenin. Aseguró que el vino y la poesía, con su oscuro silencio, daban respuesta a cuanta pregunta se formulara. No tenía vocación para la vida práctica. Su poesía indagaba en la pureza de los símbolos ancestrales, en la memoria de los objetos y en la efímera felicidad de la infancia. A lo largo de su vida recibió numerosos galardones, incluido el Premio Anguita 1993, concedido por la editorial Universitaria. Y como ocurriría con clásicos de la literatura chilena –como Huidobro, Lihn, Bolaño o Lemebel, entre otros–, no obtuvo el Premio Nacional. En 1965 publicó «Los poetas de los lares», ensayo en el que revisa la obra de un grupo de poetas que centraron su obra en la provincia, promoviendo la conocida poesía lárica. Lejos del molino y la higuera, Teillier fue enterrado un miércoles de 1996 en los extramuros del cementerio de La Ligua, rodeado de polvorientos cerros.

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